NAD+: Para Qué Sirve y Cómo Funciona

NAD+: Para Qué Sirve y Cómo Funciona

Si te digo que NAD significa “dinucleótido de nicotinamida y adenina” te va a sonar a nada, ¿pero qué tal si te digo que se traduce en calidad de vida?

En el núcleo de cada célula de nuestro cuerpo, tenemos una molécula esencial para mantenernos jóvenes. Esta molécula permanece trabajando en silencio para que tú puedas moverte, respirar… existir.

Hoy te hablo del NAD, y te cuento para qué sirve, cómo actúa en nuestro cuerpo, y lo más importante: cómo aumentarlo de manera natural, comprobado por la ciencia.

El NAD es una coenzima que está presente en todas nuestras células vivas, y tiene una función parecida a una batería que les da energía. Esa batería es importante, porque también la necesitamos para protegernos de enfermedades, regular el estrés y aprovechar los nutrientes de lo que comemos. Si la batería no tiene suficiente energía, nuestra capacidad de respuesta se va en picada, y así es como poco a poco nos vamos haciendo viejos.

Nuestro cuerpo está diseñado para recargar esa batería, el problema es que, como pasa con tu celular, el paso del tiempo va dañando su capacidad de carga. 

Los estudios recientes dicen que cada 20 años nuestra capacidad de producir NAD se reduce a la mitad, (incluso más si tu estilo de vida no es muy saludable). Imagínate que, si te va bien, a los 60 tienes que vivir con un cuarto de la energía que tenías a los 20. No es el futuro que yo quiero, y me imagino que tú tampoco.

Si eres como yo, seguramente te interesa saber en qué te estás gastando el NAD, para no ir tirándolo como si lo regalaran en la calle. Déjame decirte cómo funciona.

Por un lado, está la parte de la producción de energía. En este proceso el NAD no se gasta, digamos que se recicla a sí mismo para seguirse usando; pero está el otro lado que es el mantenimiento de nuestra juventud, todo lo que tiene que ver con reparación de daños, y ahí es donde se nos van las reservas. 

Mientras más daños tengamos que reparar, menos energía nos queda para seguir produciendo nueva energía, y ese círculo nos va consumiendo de manera exponencial.

Sé lo que estás pensando. Muy padre todo en la teoría, pero en el día a día, ¿para qué sirve el NAD? Vamos a empezar por el órgano más grande de nuestro cuerpo: la piel.


El NAD+ en nuestra piel

Pongamos que te fuiste a la playa y te pasaste la tarde bajo el sol, leyendo en tu camastro y escuchando las olas. Mentalmente te relajaste bastante, estoy seguro, pero por dentro tu cuerpo no está tan tranquilo, porque tiene que reparar los daños que los rayos te hicieron en la espalda y las piernas. Para poder regenerar la piel en esas partes, utilizamos NAD.

El NAD activa proteínas que señalan la zona de daño, para reparar esa parte de la piel y evitar la aparición de arrugas, que son una forma en la que se expresa la falta de NAD. 

Un estudio del 2020 explica cómo funciona está relación: para renovar nuestra piel, es necesaria una rápida multiplicación de células, y para que las células se dividan a esa velocidad, se necesita muchísima energía. El NAD es esencial para transportar esa energía hasta la piel. 

Dicho de forma muy simple: si tienes menos NAD, tienes menos energía en la piel; y si tienes menos energía en la piel, vas a tener más arrugas.


El NAD+ y el alcohol

Ahora, todos sabemos que en la playa se antojan más unas cervezas heladas (podemos agradecer a Corona por eso). Vamos a decir que mientras estabas en el camastro también te diste vuelo con la “hidratación”. 

Para procesar ese alcohol y reparar los daños vas a necesitar NAD, porque tu cuerpo utiliza enzimas que dependen de él para convertir el alcohol en acetaldehído, que es un químico muy tóxico y una de las razones por las que al día siguiente sientes mareos, náuseas y dolor de cabeza. 

Pero ahí no termina el proceso. Después de convertir el alcohol en acetaldehído, también con ayuda del NAD, lo transformamos en ácido acético, una sustancia más amigable con nuestro cuerpo, que podemos aprovechar o eliminar más fácilmente.

Como te imaginarás, mientras menos NAD tengas en el cuerpo, más lento es todo este proceso. Ahora sabes por qué después de los 30 las crudas pegan mucho más que a los 20.


El NAD+ en el ejercicio

No importa qué deporte hagas, cuando te ejercitas usas tu energía para dos cosas. Primero, para hacer la actividad. Los músculos tienen que estar preparados para desgastarse, y esa energía muscular la produce el NAD. No es lo mismo llegar al gimnasio con la energía a tope y los músculos resistentes que sin ganas de moverte. Y segundo, para la recuperación después del entrenamiento. Tu cuerpo necesita crear proteínas que reparen el músculo, y ese proceso de producción no se puede dar sin la energía que nos regala el NAD. No es casualidad que de niño te pudieras aventar dos partidos seguidos, y hoy pidas el cambio antes del segundo tiempo.


Ciclo circadiano 

¿Te has preguntado por qué se siente tan mal que se te mueva el horario? Esto tiene una razón digna de premio Nobel.

En 2017, tres científicos descubrieron el mecanismo molecular que controla nuestro ritmo circadiano. Resulta que hay una proteína llamada PER, que se acumula por las noches y disminuye por las mañanas. A través de la cantidad de PER que tengamos en el momento, nuestro cuerpo arma su horario de alimentación, sus patrones de sueño y todos sus procesos.

Aquí es donde viene el NAD. Para regular las cantidades de PER que tenemos en el cuerpo, y que nuestras células entiendan otra vez que es de día o de noche, necesitan a una familia de enzimas llamadas sirtuinas. Las sirtuinas pueden leer el estado energético de las células a través de los niveles de NAD, y usan esta información para ajustar el reloj biológico del cuerpo.

Ahora, aunque no cambies de ciudad, si un día te duermes a las 9 y el otro a la 1, tu cuerpo necesita compensar ese movimiento, y mientras menos presencia de NAD tengas en el cuerpo, más tiempo tardarás en adaptarte. Esto se traduce en irritabilidad, ansiedad, estrés y menor capacidad de concentración.

¿Ya te diste cuenta de que los achaques de la edad son culpa de la falta de NAD?


El NAD y el cerebro 

Seguramente has escuchado que no podemos usar toda la capacidad de nuestro cerebro. No quiero romper tu ilusión de mover cosas con la mente, pero eso es un mito. 

Sí usamos cada parte del cerebro, lo que pasa es que no podemos usarlas todas al mismo tiempo, por cómo están conectadas nuestras neuronas y por el nivel de energía que necesitaríamos para hacerlo.

Quién sabe, tal vez si pudiéramos encender todos los focos al mismo tiempo descubriríamos nuevas capacidades, pero basándonos en lo que la ciencia sabe hoy, lo que sí podemos asegurar es que nuestros procesos cerebrales necesitan la energía que el NAD aporta.

Investigaciones de la Universidad de Delaware y el National Institute on Aging sugieren que el NAD tiene un efecto significativo en el metabolismo cerebral, y podría ser útil para detener enfermedades como el Alzheimer y las deficiencias cognitivas.

Tal vez no nos haga superhéroes, pero si nos mantiene como humanos sanos y funcionales. 


¿Cómo elevar los niveles de NAD? 

  1. Ejercicio 

La recomendación de expertos, como el Dr. Sebastián La Rosa, es hacer ejercicios aeróbicos que aumenten la densidad de mitocondrias en cada célula, como nadar, correr o andar en bicicleta, de preferencia con lapsos de alta intensidad.

 

  1. Alimentación 

No importa en qué aspecto de la salud te enfoques, la alimentación siempre va a ser clave, y la razón es muy sencilla: todo lo que le metemos al cuerpo tiene un efecto en nuestro organismo.

Para efectos del NAD, los alimentos más amigables son los que aportan vitamina b3, como los hongos, sardinas, huevos y panes.

 

  1. Nicotinamida ribosa 

La Nicotinamida ribosa, mejor conocida como NR, es un tipo de vitamina b3 muy específico, que aumenta de manera notable los niveles de NAD (lo que significa que también aumenta nuestra longevidad y la producción de energía en nuestro cuerpo).

Pero hay un problema: si quisiéramos sacarlo únicamente de la comida, tendríamos que comer cantidades industriales para llegar a una dosis efectiva. La buena noticia es que también hay una solución:

El NR existe como suplemento, y cada vez hay más evidencia de que consumirlo no solo aumenta la expectativa de vida, sino también la calidad. Incluso hay estudios en ratones que buscan medir exactamente cuál sería este aumento, y el resultado es de 5 por ciento, que para efectos humanos serían unos 4 años… y lo más interesante, este cálculo supone comenzar a tomar el suplemento a los 70 años. ¿Qué pasaría si empezáramos antes?

Sin exagerar, el camino para el aumento del NAD se está construyendo en estos momentos, y nosotros podríamos ser parte de la generación que viva 150 años. ¿Te apuntarías?

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