Omega 3: ¿Qué es y para qué me sirve?

Omega 3: ¿Qué es y para qué me sirve?

¿Qué te viene a la cabeza cuando piensas en Omega 3? ¿Algún anuncio de comida orgánica? ¿Tu última cita con el cardiólogo?… ¿Una marca de relojes?

Omega 3 es un término que casi todos relacionamos con la salud; pero, ¿qué sabemos realmente de él y por qué se ha vuelto tan famoso? No te quiebres la cabeza buscando respuestas, aquí te voy a contar para qué sirve, en dónde encontrarlo y por qué tu cuerpo te va a agradecer cada vez que lo tomes.

Lo primero, y más importante, es tener claro qué es el Omega 3, y aquí viene el primer dato curioso, porque resulta que no se trata de un solo elemento, sino de un equipo de 3 ácidos grasos esenciales: ALA, EPA y DHA. (Parece muy claro ahora que ves el número “tres” como apellido, pero entre tanto nombre complicado que hay en la salud, tampoco es que fuera obvio). “¿Y si son 3 ácidos diferentes por qué los conocemos bajo el mismo nombre?” Podríamos ponernos en plan científico para hablar de sus átomos y su estructura, pero no creo que sea eso lo que viniste a buscar, ni algo en lo que yo pueda profundizar, así que vayamos a la razón funcional, y esa es que los tres ácidos nos regalan, más o menos, los mismos beneficios: Salud cardiovascular, salud cerebral y capacidad antiinflamatoria.

Si el Omega 3 llegara a una entrevista de trabajo, y le preguntaran las 3 fortalezas que va a aportar a la empresa, probablemente diría eso. Dudo que quieras negarle el puesto. 

Ahora, sé que parece el candidato ideal para asegurar la salud de tu corazón y de tu cerebro, pero como bien sabes, el candidato perfecto no existe. (Sonó muy dramático, pero eso dicen los reclutadores). El problema con el Omega 3 es que no lo produce tu cuerpo, así que si quieres ponerlo a trabajar, vas a tener que sacarlo de donde está y llevarlo hasta su lugar de trabajo. Por suerte sabemos donde vive, y con ese dato empezamos las 5 cosas que tienes que saber sobre el Omega 3.

 

  1. Principales fuentes 

Aunque parece que los 3 ácidos vienen siempre en paquete, y es verdad que les gusta trabajar juntos, no viven donde mismo. Por lo menos no todos.

Ell EPA y el DHA son probablemente de los que más has escuchado, porque vienen principalmente de pescados y mariscos, que son las fuentes en las que pensamos cuando nos dicen Omega 3. Pero el Ácido Alfa-Linolénico, que nada tiene que ver con Lennon, es el que mencionamos arriba como ALA, y vive en fuentes vegetales como las semillas de chía, nueces, linaza y aceites vegetales; también podemos encontrarlo en alimentos de hoja verde, pero en menor cantidad.

Además de los alimentos, si no tienes la mejor de las dietas, puedes encontrar estos ácidos grasos en suplementos que ayudan a ajustar tus niveles y te brindan los mismos beneficios.

 

  1. Corazón de hierro 

El Omega 3 es básicamente el mejor amigo de tu corazón. Y no lo digo porque se vaya a poner a escuchar tus historias de amor para darte consejos, sino porque va a hacer todo lo posible por mantenerlo fuerte y sano. En la introducción te hablaba de la importancia del Omega 3 en la salud cardiovascular, pues bueno, aquí lo detallo de forma sencilla. 

Como todos sabemos, el corazón tiene la misión de bombear sangre a nuestro organismo. Cualquier cosa que complique el camino de la sangre se convierte en un problema para el corazón, porque lo pone a trabajar a marchas forzadas, y eso, a la larga, pone en riesgo nuestra vida. Aquí es donde entra el Omega 3, para ayudarnos a reducir la presión arterial, los niveles de triglicéridos y el riesgo de arteriosclerosis, que más allá del nombre es lo que comúnmente escuchamos como “se le taparon las arterias”. 

La próxima vez que te hagan el feo en la oficina por calentar tu pescado en el micro, recuerda que no estás solo, el omega 3 está contigo.

 

  1. Un aliado para la eterna juventud

¿Qué tiene que ver el Omega 3 en nuestra búsqueda de mantenernos jóvenes? Empecemos por la piel, que es la que nos delata en el espejo.

Cuando pensamos en una piel saludable por lo general nos enfocamos en su apariencia, y aunque esto pueda parecer muy superficial, déjame decirte que esta vez es lo correcto. Desde las manchas hasta la resequedad y la flacidez, todos los elementos que detectamos a primera vista son un reflejo del estado en el que se encuentra nuestra piel, y el Omega 3 es, precisamente, el aliado que buscamos para resolver cualquiera de estos problemas. 

Hidratación, protección contra los rayos del sol, producción de colágeno… el beneficio que te imagines para mantener una piel de terciopelo, está relacionado con estos ácidos grasos. En la adolescencia me decían que comer nueces me podía sacar espinillas, hoy sé que las nueces pueden ser una fuente de eterna juventud.

Puede que estés pensando que hablar de “eterna juventud” es demasiado, porque la juventud no se limita a la salud de nuestra piel, y tienes razón, pero te tengo una noticia… el Omega 3 tampoco.

 

  1. Protección total 

¿Qué es lo que se esconde detrás de nuestro deseo de ser siempre jóvenes? Estoy seguro de que cada uno puede dar una respuesta distinta, pero más allá de la vanidad, hay algo que todos compartimos: queremos sentirnos bien. Nos asusta hacernos viejos porque estamos acostumbrados a relacionar la edad con las enfermedades, y es normal, así lo vemos todos los días. Pero gracias a los avances de la ciencia, hoy sabemos que hay formas naturales de resistir a la llegada de esas enfermedades, e incluso de combatirlas si se presentan. Todo tiene que ver con nuestro sistema inmune y la salud de nuestras células, y aquí vuelve a brillar el Omega 3.

Nuestro sistema inmunológico es el que nos ayuda a enfrentar lo desconocido. Por decirlo de forma simple, es como un guardaespaldas que se queda en la entrada de la fiesta: si llegan los virus o las bacterias, nos protege para que no pasen, y si adentro se armó un alboroto, nos ayuda a sacar a los revoltosos. 

Ahora, para que ese guardaespaldas pueda cumplir su misión, necesita estar en las mejores condiciones (nadie pondría a un señor de 90 años a cuidar la entrada de su casa), y el Omega 3 es, justamente, el entrenador personal que lo mantiene en forma, reduciendo la inflamación que aparece con las infecciones y mejorando la función de las células para que estén preparadas a la hora de enfrentar amenazas.

 

  1. El rey del metabolismo 

Mantener una dieta saludable es algo que a todos nos cuesta. He platicado con deportistas de alto rendimiento, gurús espirituales, nutriólogos, médicos, no importa a quién le preguntes, todos estamos expuestos a caer en las tentaciones. Pero hay algo que nos hace caer con más facilidad, y en esto no me vas a dejar mentir: hablo del hambre. 

No sé si a ti pase, pero cuando yo voy a hacer el súper con hambre, termino con el carrito lleno de antojos. Lo que era una vuelta para surtir atún, verduras, pollo y rollo de papel, se convierte en una torre de papitas y galletas. Cuando sentimos el hambre nos dejamos llevar por el antojo, y aunque eso probablemente ya lo sepas, te voy a dar otro dato: la sensación de apetito y de satisfacción después de comer están relacionadas con hormonas como la leptina y la grelina, y existe evidencia científica de que consumir Omega 3 puede influir en la producción de estas hormonas, ayudándonos a regular mejor esas sensaciones.

No te puedo decir que el Omega 3 te vaya a quitar los antojos, pero al regular tu apetito puede evitar que te des un atracón (y también que la cuenta del súper te salga al doble). Pero espérate, porque esa no es su única función en nuestro metabolismo.

Resulta que el Omega 3 mejora nuestra sensibilidad a la insulina, lo que significa que las células de nuestro cuerpo puedan utilizar la glucosa de manera más eficiente. Si te sonó en chino, te lo pongo más fácil: consumir Omega 3 previene que los niveles de azúcar en la sangre se eleven, y eso evita enfermedades como la diabetes.

¿No te impresionó?

Te dejo otro dato: las dos causas principales de muerte en México son, precisamente, la diabetes y las enfermedades del corazón (¿te acuerdas cuál fue el segundo punto de este video?). Así de importante es el Omega 3. No incluirlo como parte de tu dieta diaria sería como no pagar el seguro de tu carro… ¡en la ciudad con más choques del mundo!

Ya, fuera de bromas, el Omega 3 tiene un alcance mucho más grande del que gente normal, como tú y como yo, tenemos idea; por eso ha sido tan estudiado por la ciencia en los últimos años. Después de toda esta información me queda claro que, si buscas tiempo de calidad, más que un reloj suizo, lo que necesitas es nutrir tu cuerpo, y el Omega 3 es un elemento importantísimo en esa dieta.

 

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