En los últimos 30 años ha aumentado un 60% la cantidad de personas que pierden la vida por enfermedades cardiovasculares. Y no es para menos. Si no salimos de la casa ni para hacer el super y basamos nuestra dieta en alimentos procesados, los coágulos en la sangre van a aparecer tarde o temprano.
Pero todas las crisis tienen sus beneficios, conocimientos que no habríamos conseguido de otra manera, y el principal beneficio de esta crisis son las investigaciones científicas que han encontrado en vitaminas y alimentos una forma de prevenir o disolver los coágulos en la sangre.
Los coágulos pueden formarse por varias razones: un estilo de vida sedentario, una dieta baja en nutrientes, por fumar o por condiciones médicas como la diabetes y la hipertensión. El problema es que pueden llevar a complicaciones más graves, como infartos o accidentes cerebrovasculares.
Si te interesa reducir los riesgos, este artículo es para ti. Al final te darás cuenta de que cuidar tu salud cardiovascular es más sencillo de lo que parece. Empecemos con el top cinco.
1. Omega 3
El omega 3 es un tridente de ácidos grasos famoso por ayudarnos en un montón de procesos: regula nuestro apetito, fortalece nuestro sistema inmune, protege nuestra piel; pero lo que más nos importa para este artículo es que cuida la salud de nuestro corazón y de los vasos sanguíneos.
Nuestro cuerpo es como una ciudad llena de calles por donde fluye la sangre. Si el tráfico se detiene, tenemos un problema, porque los nutrientes, las células inmunitarias y el oxígeno no van a llegar a su destino.
El Omega 3 se asegura de facilitar la circulación de la sangre, limpiando la plaqueta que se pega en las calles y desinflamando las arterias para ampliar los carriles, por eso es nuestro aliado a la hora de prevenir y disolver los coágulos.
Para mantener buenos niveles de omega 3 en el organismo, los nutriólogos recomiendan consumir al menos dos porciones de pescado a la semana, de preferencia salmón, sardinas, anchoas o truchas, que aportan una buena dosis.
Además del pescado, las semillas y nueces también son fuentes de Omega 3, pero si te cuesta incluir estos alimentos en tu dieta, puedes considerar las cápsulas de aceite de pescado o de algas, como suplemento.
2. Vitamina E
También conocida como la vitamina de la fertilidad, esta sustancia hace mucho más que ayudarnos a reproducirnos… por ejemplo, deshacer los coágulos.
Al igual que el Omega 3, la Vitamina E nos ayuda a detener la formación de plaquetas en las arterias, pero además tiene efectos anticoagulantes, que funcionan como otra manera de prevención.
El proceso de coagulación es como la construcción de un muro: cada plaqueta es un ladrillo que se junta con otro, y para que el muro se mantenga en pie, usa la fibrina, que sería como el cemento que los une.
La vitamina E reduce la producción de fibrina, debilitando la unión entre las plaquetas y haciendo que sea más fácil tumbar los muros, por eso es tan efectiva para disolver los coágulos.
En un estudio del 2020 se compararon distintas vitaminas para ver cuál ayudaba más en el tratamiento de enfermedades cardiovasculares, y aunque la vitamina D fue la mejor clasificada en cuanto a prevención, la vitamina E resultó ser la más efectiva en la reducción de la tasa de fallecimientos.
Ahora, ¿de dónde podemos sacar esta vitamina y qué cantidad es buena para nuestro cuerpo?
La dosis mínima recomendada es de 15 miligramos, y podemos obtenerla de los aceites vegetales, nueces, verduras de hoja verde y frutas como el kiwi y el mango. Digamos que si llevas una dieta equilibrada ya estás asegurando que tu cuerpo la tenga y la use.
Pero aquí te va un dato importante: los estudios que miden el impacto de la vitamina E en enfermedades cardiovasculares, Alzheimer o incluso cáncer usan dosis mucho más altas, que van de los 100 a los 800 miligramos. Se ha comprobado que un adulto puede tolerar hasta mil miligramos por día, pero consumir esa cantidad sin consultar a un médico no es para nada recomendable, porque pasarnos del límite podría provocar problemas de sangrado, diarrea, náuseas y en casos muy severos hasta una hemorragia cerebral.
3. Cúrcuma
La cúrcuma forma parte de la medicina tradicional ayurvédica desde hace siglos, pero los científicos se pusieron a investigar sus beneficios hasta 1940, y hoy sabemos con certeza que tiene muchísimos, desde mejoras en la función cerebral hasta propiedades anticancerígenas. Por ahora hablemos de cómo disuelve los coágulos.
La magia de la cúrcuma se encuentra en la curcumina, un compuesto que tiene propiedades anticoagulantes y antiplaquetarias que retrasan el tiempo de coagulación. Ya vimos cómo funciona este proceso con la vitamina E.
Pero eso no es todo, porque además nos ayuda a quemar mejor las grasas, reduciendo los niveles de colesterol en el cuerpo y bajando nuestra presión arterial.
Un estudio publicado en el Nutrition Journal encontró que la administración de curcumina durante dos meses redujo los niveles de colesterol en pacientes con síndrome coronario agudo, que es cuando el flujo de sangre al corazón se reduce de un momento a otro.
Aunque este tipo de tratamientos necesita todavía más respaldo, los científicos proyectan un futuro cercano en el que la cúrcuma sea fundamental dentro de la medicina.
Para sumarla a tu dieta puedes hacer infusiones de té, usarla como condimento en el arroz o agregarla a tus licuados; pero también puedes conseguirla en cápsulas y tomarla como suplemento si no te quieres complicar en la cocina.
4. Ajo
Si los tres anteriores te parecen difíciles de conseguir, con este no tienes excusa.
Además de darle un buen toque a la comida, el ajo tiene dos compuestos anticoagulantes: la alicina y el ajoeno.
Estos compuestos ayudan a que suceda la fibrinólisis, que es el proceso en el que el cuerpo descompone los coágulos que ya no necesitamos, y aquí hay un punto interesante que no hemos tocado: Los coágulos existen por una buena razón. Cuando te cortas, si tu cuerpo no pudiera crearlos, la sangre seguiría saliendo infinitamente. Los coágulos previenen la pérdida de sangre y ayudan a que las heridas sanen, pero hay coágulos que no necesitamos, y esos son los que nos causan problemas.
En los últimos años se han hecho diferentes estudios que comprueban los efectos favorables del ajo para la disolución de estos coágulos. En la mayoría se utilizó el extracto de ajo envejecido, en dosis que van desde 600 hasta 2400 miligramos diarios; pero a un nivel preventivo, dos ajos crudos al día son suficientes para obtener beneficios; también puedes conseguir tabletas de ajo en polvo o cápsulas con su extracto. Recetas de cocina no creo que haga falta recomendar.
5. Vitamina C
Sí, la misma que viene en las naranjas. Contrario a lo que se piensa, la vitamina C no previene el resfriado, pero sí tiene un montón de beneficios, y uno de ellos es ayudarnos con los coágulos.
Regresemos a la analogía de la ciudad. Todos sabemos que los baches son la causa principal de accidentes, por eso nuestro gobierno pavimenta las calles constantemente (o al menos eso quisiéramos). Pues bueno, si nuestras arterias son las calles, el endotelio es como el gobierno que se encarga de pavimentarlas, y la vitamina C es el equipo que utiliza para lograrlo.
Cuando nuestro cuerpo no tiene suficiente vitamina, el endotelio se queda sin recursos para reparar las arterias, y esto facilita la presencia de coágulos innecesarios.
La vitamina C mejora la salud de los vasos sanguíneos al aumentar la actividad de las enzimas que deshacen los coágulos, y protege a nuestras células del daño oxidativo que provoca inflamación.
¿Y de dónde sacamos la vitamina C? No te limites a las naranjas. El brócoli y el perejil también son buena fuente, y entre las mejores opciones de fruta están la guayaba, el kiwi y la papaya.
La dosis mínima para mantenernos saludables es de 90 miligramos, pero distintos estudios sugieren que a partir de los 200 nuestro cuerpo comienza a ver los beneficios. Para cubrir esta cuota existen muchos suplementos, mi recomendación siempre va a ser consultar a un médico para que conozcas tu cuerpo y puedas darle lo que necesita.
Estas son cinco de las vitaminas y alimentos más estudiados para combatir enfermedades cardiovasculares, pero existen otras que tienen más o menos la mismas propiedades, como la Coenzima Q10, la vitamina b3 y el extracto de semilla de uva.
Ahora, tampoco podemos dejarle todo el trabajo a los suplementos. Si queremos mantener el corazón y las arterias en buenas condiciones, es importante cuidar los 3 pilares de la salud cardiovascular:
La actividad física, porque mejora la circulación de la sangre y previene la aparición de coágulos; la hidratación, porque el agua diluye la sangre y facilita su flujo; y tener una alimentación balanceada, porque la comida es nuestra fuente principal de nutrientes, y si no controlamos nuestro peso la presión de las arterias se va para arriba.
Si quieres mantenerte joven, productivo y saludable, la mejor opción es darle a tu cuerpo todas las herramientas que necesita, y para eso no hay trucos. ¡A cuidarse!
-
Referencias:
https://effectivehealthcare.ahrq.gov/products/fatty-acids-cardiovascular-disease/espanol
https://academic.oup.com/nutritionreviews/article/70/2/107/1896192
https://nutritionsource.hsph.harvard.edu/vitamin-e/
https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/32379630/
https://nutritionj.biomedcentral.com/articles/10.1186/s12937-017-0293-y
https://bloodclot.org/turmeric-blood-clots/
https://www.frontiersin.org/journals/physiology/articles/10.3389/fphys.2022.848867/full
https://www.frontiersin.org/journals/physiology/articles/10.3389/fphys.2022.848867/full
https://www.sciencedaily.com/releases/2016/01/160121122158.htm