Vitamina C: 10 Cosas Que Tienes Que Saber

Vitamina C: 10 Cosas Que Tienes Que Saber

No tenemos idea del impacto que la vitamina C tiene en nuestra vida diaria, y quería hacer un artículo para mostrarlo. Pensé contarte la historia de cómo me enganché con este tema, hablarte de las investigaciones recientes que se han hecho y plantear las teorías que existen de por qué dejamos de producirla, pero sus beneficios son tantos y tan concretos, que me di cuenta de que una lista de las 10 cosas que tienes que saber sobre la vitamina C, puede ser más efectiva. Así que no hagamos más larga la espera.

 

Antioxidante poderoso 

Empezaré por aquí, porque en todos lados escuchamos que la vitamina C es un antioxidante natural, pero nadie te dice qué quiere decir eso. Te lo cuento: 

Las células de nuestro cuerpo son atacadas constantemente por ciertos elementos desagradables con nombre de banda punk: los radicales libres. En realidad los radicales libres no son peligrosos cuando están solos, pero cuando están en bola se vuelven problemáticos, porque buscan acelerar nuestro envejecimiento desarrollando en nosotros enfermedades degenerativas, cardiovasculares e incluso cáncer. 

Aquí es donde se vuelven relevantes los antioxidantes, porque protegen nuestras células de los daños causados por los radicales libres, retrasando los padecimientos asociados con la vejez y ayudándonos a mantener nuestro bienestar. La vitamina C es un antioxidante poderoso que ayuda a combatir cierto tipo de radicales libres, por eso es importante mantener sus niveles estables en nuestro cuerpo.


Antídoto natural contra el estrés 

Estrés negativo, estrés positivo… ¡ESTRÉS! La palabra de nuestros tiempos. Sumidos en un mundo que demanda nuestra atención constante, el estrés se ha apoderado de las conversaciones, porque es la respuesta física y mental de nuestros cuerpo a los factores externos con los que convivimos todos los días, que pude ser el trabajo o un conflicto con tu pareja; pero también la sensación de que alguien te está escribiendo en WhatsApp y no puedes ver el mensaje en ese momento, o la inundación de una casa que apareció en tu pantalla mientras scrolleabas en Twitter… (bueno, en X). Definitivamente, nuestro estilo actual de vida nos ha expuesto cada vez más a situaciones estresantes, pero no estamos aquí para hablar de lo que nos provoca estrés, sino de cómo lo manejamos, y justamente en ese punto entra en juego la vitamina C.

Cuando nos sentimos estresados, liberamos cortisol, que es la sustancia conocida como “hormona del estrés”. Ahora, no quiero que pienses que el cortisol es necesariamente malo, de hecho es importante, porque nos ayuda a reaccionar rápidamente en momentos de urgencia; pero si estamos liberando cortisol cada que vemos un perrito abandonado en TikTok y no liberamos el estrés de forma saludable, la acumulación de esta hormona puede traernos problemas físicos y mentales a largo plazo, acelerando nuestro envejecimiento.

Otro día podemos hablar de buenas prácticas para manejar el estrés, lo importante en este artículo es dejar claro que existen herramientas útiles para reducir los niveles de cortisol en nuestro cuerpo, y una de ellas es precisamente la protagonista de hoy: la vitamina C.


Aliada ideal del colágeno 

El colágeno se ha vuelto el suplemento favorito de quienes buscan mantener una piel saludable, pero lo que no se dice, y debería ser igual de popular, es que, para que el colágeno funcione adecuadamente, necesita tener cerca a su compañera de vida: la vitamina C. 

Imagina que el colágeno es como un conjunto de ligas que se entretejen para mantener todo en su lugar (y por “todo” no me refiero únicamente a lo relacionado con nuestra piel, también hablo de huesos, tendones y vasos sanguíneos). Pues la Vitamina C no sólo es indispensable para la producción natural de estas ligas, sino que además es parte fundamental del proceso en el que se entretejen para ser más fuertes y les da el mantenimiento adecuado para que puedan repararse y regenerarse con el tiempo. 

Para terminar pronto, digamos que si no tienes los niveles adecuados de vitamina C no sirve de nada el caldito de hueso que te estás preparando cada semana.


Un shot de felicidad 

Seguramente has escuchado hablar de la serotonina, también conocida como “el neurotransmisor de la felicidad”, y si no aquí te cuento rápido. Dicho de forma muy simple, la serotonina es un elemento que viaja de una parte de nuestro cerebro a otra para animarlo a sentirse bien. Algo así como tu papá, dándote palmaditas en la espalda mientras te dice: “Vas bien, campeón”. Por eso, mantener niveles adecuados de serotonina se asocia con un buen estado de ánimo, mientras que los niveles bajos tienen una relación directa con la depresión y la ansiedad. 

Ahora que tenemos eso claro, checa este dato: Para que el cuerpo produzca serotonina, necesita un tipo de proteína que se obtiene de los alimentos, llamado triptófano. Y para que el triptófano se transforme en serotonina, necesita la ayuda de ciertas sustancias… una de ellas es la vitamina C.

La vitamina C actúa como un apoyo en este proceso, ayudando a convertir el triptófano en serotonina de manera más eficiente. Es como si estuviera a cargo de supervisar que todo se esté haciendo correctamente para que tu cerebro reciba los mensajes de ánimo que necesitas durante el día.

Así que la próxima vez que busques un shot para sentirte mejor, procura que al menos tenga jugo de naranja. (En realidad el jugo de naranja no es su mejor fuente, pero para eso tenemos otro dato).


Nuestro cuerpo no produce Vitamina C 

A diferencia de la gran mayoría de animales, nuestro cuerpo no tiene la capacidad de producir naturalmente la Vitamina C, sino que la obtiene a través de los alimentos. A simple vista esto puede no parecer un problema (y no lo sería si pudiéramos almacenarla), pero al ser una vitamina soluble en agua, nuestro cuerpo libera los excesos a través de la orina, dejándonos nuevamente necesitados de Vitamina C. Por eso, si queremos que nuestro cuerpo funcione adecuadamente, es indispensable que mantengamos una dieta balanceada o al menos busquemos la forma de suplir esos cargamentos que nuestro cuerpo requiere. Lo que nos lleva al siguiente punto: ¿dónde podemos obtener la vitamina C? 

 

Mejores fuentes de vitamina C 

Contrario a lo que se piensa, las naranjas no son la fuente principal de Vitamina C. Ojo, esto tampoco quiere decir que su consumo sea malo, pero es importante tomar en cuenta que existen otros alimentos con menos azúcar y más nutrientes que podemos incluir en nuestra dieta si buscamos mantener en buen estado nuestros niveles.

Vegetales como el brócoli, que además tiene fibra y proteína, los pimientos y el perejil son una buena alternativa para acompañar tus comidas. En cuestión de frutas, puedes procurar añadir porciones de Guayaba (que por cierto es la fruta con mayor aporte de vitamina C), kiwi, papaya, fresas, y la tan nombrada naranja. 

Ahora, para quienes llevar una dieta balanceada es más complicado o buscan elevar sus niveles de vitamina C con prácticas complementarias, existen también suplementos alimenticios muy beneficiosos, que generalmente vienen acompañados de otras vitaminas o nutrientes para favorecer de manera integral el funcionamiento de nuestro cuerpo. En otro artículo podemos tratar ese tema a detalle.


Rejuvenece el sistema inmune 

En un estudio realizado por la Universidad Complutense de Madrid, se comprobó que tomar 500 mg diarios de vitamina C, durante 3 meses, rejuvenece al menos por un año el sistema inmunológico en pacientes de 75 años, dejándolo incluso al punto de un treintañero. Suena muy bien, pero ¿qué significa esto exactamente, o qué beneficios representa? 

Nuestro sistema inmunológico es el que detecta y nos defiende de organismos ajenos, como gérmenes, virus y parásitos, previniendo y atacando enfermedades cuando es necesario; además se encarga de vigilar que no haya cambios extraños en nuestro sistema, como la transformación de una célula en cancerígena.

Explicado de forma simple, el sistema inmune es como el antivirus de tu computadora: en sus primeros años parece insuperable y detiene cualquier amenaza, pero con el paso del tiempo va perdiendo la capacidad de combatir los ataques más fuertes, y tu computadora empieza a volverse cada vez más lenta… hasta que deja de funcionar. Lo impresionante en los resultados de este estudio, es que comprueban que la vitamina C puede actualizar tu antivirus, y dejarlo funcionando como en sus mejores años, ¡una verdadera maravilla! Estamos hablando de restarle 40 años a tu capacidad de defenderte, todo gracias a la vitamina C.


De los beneficios a los mitos

Para terminar, me gustaría aclarar 3 mitos muy comunes sobre el consumo de vitamina C; creencias que se han popularizado y no son del todo ciertas. Seguramente te van a sorprender tanto como a mí.

 

Mito # 1: La vitamina C previene el resfriado común 

Sí, este mito es probablemente el más controversial de todos, y puede sonar hasta contradictorio… pero en realidad no lo es.

Como te conté antes, la vitamina C fortalece la resistencia de nuestro cuerpo a casi cualquier tipo de virus y enfermedades relacionadas con el sistema inmune; pero, (atención a esto) no en todos los casos funciona a nivel de prevención. “Y ¿entonces para qué sirve?”, pues justamente para responder a los ataques y hacer más leves los síntomas. No es lo mismo tener un resfriado que te tumbe y te deje en cama por 3 días, que uno que te suelte la nariz.

 Para que quede claro: la vitamina C no va a hacer que no te dé gripe, y tampoco te la va a quitar, pero sí puede hacer que su impacto en tu vida sea mucho menor.

 

Mito #2: La vitamina C de fuentes naturales es mejor 

En este tema hay una confusión que es bastante fácil de resolver: Químicamente, la vitamina C es exactamente igual sin importar de donde venga. No importa si la obtienes a través de cápsulas, líquidos o alimentos, su funcionamiento en tu cuerpo es exactamente el mismo. Pero este mito tiene una justificación (no por nada es tan popular), y es que, cuando consumimos la vitamina a través de alimentos, también estamos aportando a nuestro organismo nutrientes como fibras, proteínas e incluso otro tipo de vitaminas.

 “Entonces sí es mejor tomarla de fuentes naturales”. Pues no necesariamente. Existen suplementos alimenticios que ofrecen mezclas increíbles de nutrientes, y pueden resultar más beneficiosos que, por ejemplo, una naranja, Todo depende de lo que tu cuerpo necesite.

 

Mito #3: Tomarla en exceso te hace inmune a sus efectos

En este punto, por ser el último, voy a incluir dos en uno.

No importa cuánta vitamina C tomes, eso no va a reducir los efectos que tiene en tu cuerpo… PERO, tampoco es que mientras más tomes mejores resultados vas a tener. Como vimos en uno de los datos anteriores, esta vitamina se disuelve en el agua, por lo que el cuerpo solamente absorbe lo que necesita y desecha el resto. 

Ahora, ¿es necesario consumir un mínimo diario? Claro, el número mínimo ronda los 90 miligramos, pero esto varía según las circunstancias de cada persona (ya hemos visto los beneficios que 500 miligramos tienen, por ejemplo, en adultos mayores).  

¿Y existe un límite recomendado? También. Aunque los riesgos por consumo excesivo de vitamina C no van más allá de malestares estomacales y dolores de cabeza, se recomienda no exceder el límite de 2000 miligramos diarios (que, siendo honestos, tampoco tendría mucho sentido, porque según algunos estudios, el máximo absorbido por nuestro cuerpo es de 1000 miligramos al día).

Espero que esta información te haya sido útil y te ayude a conservar los niveles de vitamina C donde deben estar. El primer paso para hacer cambios importantes en nuestra vida es reconocer el camino, y juntos lo estamos haciendo. Nos leemos en el próximo artículo.

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